Me gustará acompañarte para que encuentres la calma y el bienestar, desde quién soy y con los recursos psicocorporales que he ido integrando, durante más de 30 años de práctica.

Publicitaria y diseñadora gráfica durante veinte años, me encantaba el trabajo creativo, pero el ritmo y objetivos exigentes del día a día, me alejaban de la tranquilidad. Consciente de ello, empecé a estudiar en profundidad técnicas de relajación y herramientas que me ayudaran a gestionar mi propio estrés.

Cuanto más me adentraba, más me apasionaba el mundo que se abría ante mí: naturopatía, medicina tradicional china, taichi, qigong o chikung, movimiento consciente, meditación, relajación creativa, técnicas de control mental, mindfulness, etc. Si algunos años antes me hubieran dicho que acabaría cerrando mi agencia de publicidad y me dedicaría a acompañar a personas a estar mejor, física y emocionalmente, me habría costado creerlo, pero me había impregnado de una nueva manera de percibir la vida y me dejé guiar por lo que me dictaba el corazón.

Veintitrés años después de aquella decisión, todos los cambios en mi vida laboral y de proceso interno tienen un gran sentido. También en la distancia y después de haber enfrentado una de las experiencias más dolorosas que un ser humano puede vivir: la enfermedad y muerte de mi hija Maria, agradezco inmensamente haber cultivado recursos para acompañarla desde el centro y la fuerza que da la serenidad, la presencia y el amor. Juntas transformamos una experiencia extremadamente dolorosa en una bella historia de amor. Siento que todo lo que había estado aprendiendo años atrás fue un gran sostén durante la enfermedad y significó un fuerte impulso después, para reconstruirme.

Las clases semanales de Qigong y Taichi, los talleres de movimiento consciente (Bodyfulness) y retiros en la naturaleza; las formaciones de Interioridad, los talleres de autoconocimiento, a través de la Numerología Tántrica; las formaciones de Mindfuness en las escuelas (desde el Programa TREVA o con monográficos creados por mí) y las de acompañamiento espiritual al proceso de morir, son mi motor vital, porque conectan con la pasión por lo que siento que es el camino y veo, día a día, cómo las personas se sienten mejor. Compartir recursos con los profesionales sanitarios para su gestión emocional, acompañar familias con un niño o adolescente enfermo o a personas en procesos de crisis personales, es un gran privilegio y aprendizaje.

Maite Fruitós 

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